jueves, 2 de abril de 2015

Norberto Uribe y su arte maestro…


    
Un pintor que convierte en pan los colores que emanan de sus pinceles magistrales. Su pintura es un fiel testimonio de la cotidianidad. A veces, denuncia elocuente. Muy original. Mujeres con rolos y de miradas libidinosas, el caserío de Río Salao o cualquier caserío de América, siempre visto por el ojo mágico de una sensibilidad artísticas que pinta con el alma y repinta con el corazón. En ocasiones, sus cuadros de rostros apesadumbrados, un fiel testimonio del cansancio y la desesperanzas, verde cañaveral y toros y cachos secos, o desnudeces artísticas de primer orden, que en conjunto forman parte de la rica colección del pintor-poeta romanense, cuyos cuadros ya se encuentran colgando en las paredes de tres continentes. Como el pintor de la canción del cantautor Silvio Rodríguez, Norberto Uribe, el alquimista de los colores tropicales, solo reclama paredes para mostrar el talento de un arte pictórico que contiene un discurso social evidente, junto al realismo mágico del trópico plasmado sobre el lienzo con gran dominio, perfección  y profesionalidad. Dentro de poco, Uribe hará un homenaje a las mujeres, con un discurso defensivo cuya espada es su pincel y su incuestionable talento.

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